4.0 La marihuana.
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La marihuana es una planta que tiene más de 500 sustancias químicas en sus hojas e inflorescencias, de las cuales el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD) son las más importantes. El THC es la sustancia responsable de los cambios en el comportamiento que ocurren después de fumarla o ingerirla, mientras que el CBD es una sustancia con poderosos efectos antiepilépticos.
Tanto el THC como el CBD actúan a través de un importante sistema de comunicación intercelular y regulador de la función cerebral llamado sistema endocannabinoide, el cual regula importantes funciones como memoria, humor, sistemas de recompensa cerebral, adicción a las drogas y procesos metabólicos como la destrucción de grasa (lipólisis), el metabolismo de glucosa y el balance de energía.
La ilegalización de la marihuana ha impedido que se puedan estudiar con profundidad sus efectos terapéuticos, pero los vientos están cambiando y se acumulan las pruebas para su uso terapéutico en multitud de dolencias.
El uso de la marihuana con moderación induce sensaciones de relajación, pero a partir de determinada dosis, en lugar de rebajar la ansiedad, la produce. Es la triste experiencia de quien se haya comido ese pastelito de cannabis y se ha sentido estupendamente al principio, pero a medida que continuaba la digestión y aumentaban los niveles de THC en sangre, se encontraron viviendo una pesadilla de nervios y retortijones.
Tras revisar multitud de estudios, el informe de la National Academy of Science en EEUU llegó a la conclusión de que el tratamiento del dolor crónico era el uso principal del cannabis, y el motivo por el que muchas personas lo consumían por indicación médica.
El canabidiol o CBD, el componente no psicotrópico de la marihuana, puede ayudar a controlar los ataques epilépticos en niños y adolescentes, según un estudio publicado por The Lancet.
Los pacientes de cáncer tratados con quimioterapia sufren náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Varios estudios han comprobado que el fumar marihuana o usar fármacos basados en THC pueden aliviar estos síntomas.
Según las estadísticas, el 9% de las personas que fuman marihuana se vuelven adictas, comparadas con el 32% de quienes fuman tabaco o el 20% de los que esnifan cocaína. Sin embargo, el porcentaje de adicción se duplica para quienes empiezan a fumar en la adolescencia. Es en esta edad donde se producen los mayores riesgos de deficiencias cognitivas y menor rendimiento académico, de ahí la importancia de regular su uso.
Fuentes.
https://www.aarp.org/espanol/salud/expertos/elmer-huerta/info-2014/beneficios-marihuana-medicinal.html
https://www.eldiario.es/tumejoryo/estar_bien/efectos-marihuana-cuerpo-cerebro_1_2063271.html