EL CUIDADO DE LOS OJOS.

8 de octubre de 2024

Con solo una mirada podemos percibir el mundo que nos rodea, los colores y formas; para lograr esto nuestro ojo se tiene que mover gracias a los músculos extraoculares que lo rodean.

Nuestro ojo se conforma de tres capas:

1) La esclerótica es la capa protectora. Lo que vemos como el blanco del ojo es la esclerótica.

2) La coroides es la capa intermedia, que contiene los vasos sanguíneos que distribuyen oxígeno y nutrientes a las partes internas del ojo.

3) La retina es una capa de tejido nervioso blanda y sensible a la luz. El nervio óptico envía señales desde la retina hasta el cerebro, que las interpreta como imágenes visuales.

Las patologías oculares pueden llevarnos a perder la visión, así que al ser uno de los sentidos más importantes es necesario poner en práctica cuidados preventivos como, por ejemplo:

Acudir al oftalmólogo por lo menos una vez al año.

El especialista podrá detectar algún padecimiento a tiempo para evitar que progrese.

Ver el horizonte durante el día para descansar los ojos.

Esto obliga a los músculos del ojo a fortalecerse.

Usar lagrimas artificiales si pasa mucho tiempo frente a una pantalla.

Cuando estamos frente a una pantalla tendemos a parpadear menos, lo que provoca resequedad en el ojo y por tanto molestias a mediano y largo plazo.

Mantenga una buena iluminación en su hogar y trabajo.

El ojo necesita un cierto nivel de intensidad para que la retina pueda convertirla en imágenes. Es fundamental que el iris modere la cantidad de luz que entra en el ojo, porque una cantidad excesiva puede dañar la retina o dificultar el proceso de conversión en imágenes.

Descanse bien durante la noche.

Aunque los ojos tienden a moverse durante ciertos periodos del sueño, dormir es sin duda el momento perfecto para ayudar a que los músculos oculares se relajen. Y es que incluso cuando los cerramos los ojos se reponen de nutrientes esenciales para la salud.

No se frote los ojos.

El frotamiento ocular puede contribuir al desarrollo del queratocono. Al realizar este gesto se deforma la córnea y se debilita, además disminuye la visión. También puede rayarse o dañarse la córnea.