La stevia (Stevia rebaudiana) es un arbusto tupido originario del noreste de Paraguay, Brasil y Argentina. En la actualidad crece en otras partes del mundo, incluidos Canadá y parte de Asia y Europa. Probablemente es más conocida como una fuente de edulcorantes naturales.
Ciertas personas toman usan stevia para tratar afecciones, como presión arterial alta, diabetes, acidez estomacal y muchas otras; aunque no existe buena evidencia científica para apoyar estos usos.
La stevia:
No aporta calorías, no tiene ningún impacto en la glucemia o azúcar en sangre.
Antibacteriana.
Vasodilatadora.
Diurética.
Inmunomoduladora.
Uno de los grandes peros que se oponen a la utilización de la stevia es el hecho que las grandes empresas para presentarla de manera comercial, utilizan procesos de refinamiento muy similares a los requeridos con el azúcar, lo que la aleja de ser un producto 100 por ciento natural.
Una manera muy sencilla de identificar si una stevia es órganica, ES SU COLOR… Si es blanca, ha pasado por un proceso de refinamiento, y seguramente se le han adicionado otros edulcorantes. Pero si el producto es verde, seguramente se trata de un producto natural que procede de la molienda de las hojas deshidratadas de stevia.
La dosis recomendada de la stevia en polvo es:
Para endulzar masa de pan o galletas: 1-2 cucharaditas de café para un kilo de harina.
Para endulzar una taza de bebida como chocolate caliente: ⅛ – ¼ de cucharadita de café.
Para endulzar mermelada: Dependerá de la fruta que estemos utilizando, pero sirva de orientación una media de 1 gr por cada 250 gr de fruta.